To give you the best possible experience, this site uses cookies. Review our Privacy Policy and Terms of Service to learn more.
Entendi!
Player FM - Internet Radio Done Right
Checked 7M ago
Adicionado há três anos atrás
Conteúdo fornecido por ericmartiinez.96. Todo o conteúdo do podcast, incluindo episódios, gráficos e descrições de podcast, é carregado e fornecido diretamente por ericmartiinez.96 ou por seu parceiro de plataforma de podcast. Se você acredita que alguém está usando seu trabalho protegido por direitos autorais sem sua permissão, siga o processo descrito aqui https://pt.player.fm/legal.
Player FM - Aplicativo de podcast Fique off-line com o app Player FM !
Artificial intelligence is evolving at an unprecedented pace—what does that mean for the future of technology, venture capital, business, and even our understanding of ourselves? Award-winning journalist and writer Anil Ananthaswamy joins us for our latest episode to discuss his latest book Why Machines Learn: The Elegant Math Behind Modern AI . Anil helps us explore the journey and many breakthroughs that have propelled machine learning from simple perceptrons to the sophisticated algorithms shaping today’s AI revolution, powering GPT and other models. The discussion aims to demystify some of the underlying mathematical concepts that power modern machine learning, to help everyone grasp this technology impacting our lives–even if your last math class was in high school. Anil walks us through the power of scaling laws, the shift from training to inference optimization, and the debate among AI’s pioneers about the road to AGI—should we be concerned, or are we still missing key pieces of the puzzle? The conversation also delves into AI’s philosophical implications—could understanding how machines learn help us better understand ourselves? And what challenges remain before AI systems can truly operate with agency? If you enjoy this episode, please subscribe and leave us a review on your favorite podcast platform. Sign up for our newsletter at techsurgepodcast.com for exclusive insights and updates on upcoming TechSurge Live Summits. Links: Read Why Machines Learn, Anil’s latest book on the math behind AI https://www.amazon.com/Why-Machines-Learn-Elegant-Behind/dp/0593185749 Learn more about Anil Ananthaswamy’s work and writing https://anilananthaswamy.com/ Watch Anil Ananthaswamy’s TED Talk on AI and intelligence https://www.ted.com/speakers/anil_ananthaswamy Discover the MIT Knight Science Journalism Fellowship that shaped Anil’s AI research https://ksj.mit.edu/ Understand the Perceptron, the foundation of neural networks https://en.wikipedia.org/wiki/Perceptron Read about the Perceptron Convergence Theorem and its significance https://www.nature.com/articles/323533a0…
Conteúdo fornecido por ericmartiinez.96. Todo o conteúdo do podcast, incluindo episódios, gráficos e descrições de podcast, é carregado e fornecido diretamente por ericmartiinez.96 ou por seu parceiro de plataforma de podcast. Se você acredita que alguém está usando seu trabalho protegido por direitos autorais sem sua permissão, siga o processo descrito aqui https://pt.player.fm/legal.
Pasá, escuchá y quedate todo lo que quieras. Salud🥃🌹
Conteúdo fornecido por ericmartiinez.96. Todo o conteúdo do podcast, incluindo episódios, gráficos e descrições de podcast, é carregado e fornecido diretamente por ericmartiinez.96 ou por seu parceiro de plataforma de podcast. Se você acredita que alguém está usando seu trabalho protegido por direitos autorais sem sua permissão, siga o processo descrito aqui https://pt.player.fm/legal.
Pasá, escuchá y quedate todo lo que quieras. Salud🥃🌹
Es difícil que un hombre me pueda manejar en la cama y sacar a la puta que llevo dentro, si antes no me hizo fantasear con él. Es difícil que un hombre me tenga escribiéndole mensajes bien sucios, si antes no me dio la confianza necesaria para hacerlo. Es difícil que un hombre me tenga gimiendo a través de una llamada, si antes no logró que me tocara con tan solo escucharlo en un audio de voz. Pocos, logran eso. Pocos han logrado darme placer a la distancia, sin ponerme un dedo encima. Y muchos, teniéndome en sus camas, ni siquiera han sabido entenderme. Soy lo que soy solo con aquel que logra avivar mi fuego, atizarlo y apagarlo.…
Mírala ahí desnuda en su cama o en la tuya, en el asiento de atrás del auto o en algún motel; el lugar no importa, te juro que no importa. Hacé silencio y vas a oír el zumbido de los mosquitos, de los grillos, de los vehículos, de los perros ladrando en alguna parte del barrio, o de algún vecino gritando en la otra cuadra. La noche sigue viva y no hay nadie quien les opaque ese momento único y sublime. Mirala a los ojos, ella está toda agitada, casi sin poder hablar. Eso no tiene precio, hermano, es un milagro. Fijate como te mira ella, te sonríe. Es una señorita. Sentí ese suspiro que le brota del corazón, de su pecho y de alguna parte de su alma. Pareciera que le hiciste el amor. Y sí, le hiciste el amor y algo más. Le dejaste las marcas de tus manos, de tu boca, de tus besos, de tu saliva. Lleva el flujo de tu sudor sobre su cuerpo, tiene los labios muy rojos y el rímel todo corrido. Ella se toca el cuello, los pechos y los hombros, le arde un poco, pero también lo disfruta. Ella también te mira a vos, ahí sucumbido a su lado, arreado por el dolor, la excitación y la pasión. No sabe si llorar o amarte más de lo que ya te ama, por eso te digo que es un verdadero milagro. Porque no fuiste el único que la tocó, sin embargo le hiciste sentir lo que, hasta ahora, ningún otro hombre pudo. Amala después del incendio. Besala de nuevo, pero con más tranquilidad, dale pequeños y pausados picos en sus muslos, en el ombligo y en medio de sus pechos. en sus caderas y en todo su abdomen. Que después de la hecatombe y la guerra, vuelvan a sentirse atraídos ya no por el deseo, sino por la razón y los sentimientos. Y que el beso en la frente sea el único sello del amor. En serio, vos amala después del incendio, que ella te lo va a agradecer toda la vida, incluso si algún día ya no están juntos. Autor: Eric Martínez…
No me vas a volver a ver, te lo prometo. Me quedo con todos mis vicios, con mi oscuridad y mis sombras. Me quedo con aquello que te mostré, y con lo que me faltó mostrarte. Me quedo con los poemas que te hice cuando dormías desnuda, con tus gemidos resonando en mi habitación, con mis fetiches y todo mi morbo. Me quedo con las poesías que no fuimos, con las tormentas que habitan en mí, con la marea alta que a veces me ahoga. Me quedo con los secretos que jamás te conté por miedo a que te fueras. No soy de mostrar mi debilidad, tal vez por eso te escribía en una hoja de papel todo aquello que me molestaba de vos, mi amor. Te libero de mí, aunque en el fondo tampoco quieras irte. Te libero de mis locuras, de las ganas de darte sexo hasta quedar adoloridos, de mis ojos quemándose con los tuyos. Nunca me ha gustado sentirme vulnerable, ni me gusta acarrear a la gente conmigo, por eso este loco te deja libre de todo. No necesitás quedarte donde no querés. No quiero atarte a mis mambos emocionales. No nos merecemos tantas desgracias. A mi me encanta tu vuelo, tus alas, tu carita angelical. Me encanta saber que del otro lado alguien más te espera. Vas a volver a sonreír con otro pibe que te quiera igual o más que yo. Te dejo tan libre que no me vas a volver a ver. Me voy a quedar solo con todos mis vicios. No vas a saber si estoy llorando o sonriendo, si volví a escribir o si estoy tirado en cama. No vas a tener que preocuparte por si volví a beber, por si estoy durmiendo en otros brazos o no. Te libero de mí porque yo tampoco quiero dejar escapar lo que me queda de libertad. Fue lindo mientras duró ¿no? Ojalá en otra vida nos volvamos a cruzar y ser compatibles en todo sentido, porque ahora no pudimos. Te falta mucho cielo para conocer mi infierno. Te faltan muchas guerras para conocer mi paz. Te faltan más heridas para poder acariciar las mías. Te falta vivir más, mi amor, y yo no te pienso quitar esa oportunidad. Por eso te libero de mí. Adiós. Autor: Eric Martínez…
Me saqué el cinto del pantalón: —Quiero que te des vuelta —le dije —Sí, Ema… —Dame tus brazos, Maia. —¿Me vas a atar? ¿Así como atas a las mujeres de tus relatos? No le dije nada, estaba muy eufórica, su trasero me quemaba, sus brazos apoyados en la cama temblaban, no sé si por el pudor o el placer, yo creo que era un 50% miedo y otro 50% excitación. Me acerqué hacia su oído derecho y le dije: —Decime cuando quieras que pare, nena (Le mordí la oreja) … —Me calienta cuando me decís nena. —Te voy a masturbar hasta que me pidas que te coja —le dije —Dios Ema, tu voz. Le coloqué las manos hacia atrás, hice algunas maniobras con el cinto y se las até. Ella no puso resistencia, le recorrí la espalda, con mis dedos, bajé de nuevo hasta sus nalgas, se las abrí, se las masajeé como si estuviera limpiando un ventanal y después le asiné un chirlo (nalgazo). Ella respondió al manotazo sin decirme nada,. solo murmuraba y gemía con desesperación. Bajé hasta su vagina, le rocé los dedos en sus labios menores y se los abrí como si estuviera partiendo un libro a la mitad. —Ema, por favor. —¿Querés que frene Maia? —No, quiero sentirte adentro de mí … Le recorría la vulva con mis besos, le frotaban sus labios vaginales, con mi boca; era mía, toda mía. Ella se encorvó bastante. Con la otra mano en el cinto inmovilizaba sus movimientos. Me fui de nuevo hasta su oreja derecha, se la besé, luego la oreja izquierda. Quería que se sintiera poseída. Estaba muy empinada. Empecé a besarles los hombros, el torso y la espalda; a darle más nalgazos y poner a bailar mis dedos en todo su sexo. Le solté el cinto, se lo quitó, se dio media vuelta, se prendió a mí y cogimos. Cogimos con tanta fuerza que no queríamos desprendernos. Su cama temblaba, sus piernas envueltas a mi espalda. Después hicimos la catapulta, poniendo sus muslos sobre mis hombros, su espalada un poco elevada y sus codos apoyados a la cama. Por cada embestida que yo le proporcionaba a su sexo, ella pedía más y más hasta que llegó a tener el tercer orgasmo en menos de seis o siete minutos. Sus ojos tan desesperados me hipnotizaban tanto que no podía quitarle la vista de encima. Se dio vuelta solita, se puso boca abajo, en cuatro para que le hiciera sexo oral, se lo hice porque estaba amando la locura que desprendía en ella. Sus piernas ya estaban tan cansadas que se cruzaban solitas. Pero, así como estaba la arremetí con mucha fuerza. Mi sexo y el suyo fluyendo juntos, su traste y mi pubis aplaudiendo como si estuvieran en un anfiteatro. Después la abracé, le sujeté el cabello, y no paré de envestirla hasta que llegó al cuarto orgasmo. Se apartó de mí, se desvaneció en su cama. Se volvió a poner de rodillas mostrándome sus nalgas todas marcadas por mis manos. Se las abrí y me pidió que la hiciera mía hasta que ya no aguantase más.…
A veces necesito un buen polvo-me dijo-, que alguien me coma y me deje comer. Necesito una buena polla en mi boca, en mi sexo, en mis pechos. Necesito estar en tus pensamiento, al menos un día. Que me escribas a mí, que lo vean todos, y te pregunten quién soy. ¿Puedo? -me repetía cruzando sus piernas-, ¿puedo ser tu deseo más sucio en algún poema? Necesito llenarme y vaciarme en tus letras explícitas, que sea tu lengua quien me toque y me queme. ¿O acaso no te das cuenta? No me ves, mírame, mírame por favor. Me urge ser tu musa... Necesito que me hagas tuya en un texto, antes de coger, después de hacer el amor, Cuando yo esté durmiendo. Cuando estemos enojados. Cuando vos estés caliente. Cuando tengas la polla dura y escurrida de tanto masturbarte, escribime por favor. Mi señor, Mi amo, Mi loco. Haceme temblar así como cuando estamos pegados, Que me abras, que me beses y me chupes. La quiero adentro, la quiero toda adentro. quiero sentir tu calentura entre mis labios quiero tu sexo, tu voz, tus manos, tu porno, tus mente. Pero lo quiero escrito en un papel... @ericmartiinez.96…
¿Quieres hacer sufrir a una mujer? Móntate en ella... Besale el cuello, las orejas, los hombros, pero nunca, nunca la boca, hasta que te lo pida! Besale los pechos, alrededor de sus aureolas, el abdomen, pero nunca sus pezones, hasta que se los pellizque ella solita y te ruegue que se los muerdas Besale las piernas, que sienta el calor de tu aliento cerca de sus labios, lengüeteale las rodillas, el ombligo, y sus caderas pero nunca, nunca la vagina, hasta que ella chorree solita de su manantial. Esa mujer se incendió, quiere tenerte adentro, quiere sentir el trozo de carne entre sus muslos. Mira cómo abre sus piernas, las vuelve a cerrar, te llama con la mirada, vuelve a dormir sus ojos, se toca por encima, se pasa los dedos, te agarra del falo, lo quiere adentro. La estás haciendo sufrir hijo de puta. Ella quiere satisfacer sus ancias, su sed, su calor. Quiere sentir ese orgasmo que le dejaste a media. Besala de nuevo, humedecele su sexo con tu lengua más de lo que ya está; que se siga desesperando. Que pida a gritos tu carne, que vos tampoco aguantes las ganas, que ambos se retuerzan, que ella te abrace con sus piernas, que te arrime a su lado. ¿Querés hacer sufrir a una mujer? Vos también sufrí el maldito desespero, y cogétela como te gustaría que ella te cogiera; dejate arañar por esa gata salvaje, que te deje huellas, que gima, que sea sucia, guarra; puta para vos. Y después aguantala otro orgasmo. Otro más, otro, y otro... Texto: Eric Martínez…
Hace un tiempo atrás conocí a una mujer con quien mantuve una relación abierta. La conocí estando casada solo por papeles porque ya no vivía ni convivía con él. La conocí estando un poco apagada; iba mucho al gym, ahí se despojaba demasiado de la tristeza, la nostalgia y la bronca. Ahí entre los fierros dejaba atrás esos malos ratos que había pasado con él. Siempre supe que no era una simple mujer, se lo decía y ella no creía ni en sí misma. La primera vez que salimos terminamos enredados en su cama matrimonial. La segunda vez nos fuimos a un motel. Y la tercera lo hicimos en una terraza. Nos divertíamos en mutuo acuerdo, nos desnudábamos hasta el alma. Pero una noche volviendo de un karaoke ella se quiso quedar a dormir en mi pieza, mucha veces se lo advertí, le dije que no. Quería cuidarla de mis locuras enfermas. Se reía, me provocaba, me incitaba... Esa noche se tiró en mi cama, abrió sus piernas lentamente, las cerró, las volvió a abrir, se dio vuelta y me meneó. Tantas cosas que podría haber hecho pero no, así que le saqué la blusa que traía puesta, les di unas cuantas vueltas y le vendé los ojos. Estaba nerviosa, temblaba un poco, le besé la frente y se relajó bastante. Un par de besos hasta llegar a su ombligo y sin que se diera cuenta encendí a crush, una bala vibradora y estimuladora. ¿Dónde sentís más placer? —le pregunté. no me respondía, solo asentía con su carita. hasta que llegué a su pelvis, primero le quemé el lugar a besos y después le di pequeñas vibraciones, sus piernas se entrecruzaron, sus labios entre los dientes y sus vellos de puntas. Sabía que entre tantos espacios erógenos justamente ahí era el indicado. Después de esa noche ella cambió. La veía más activa, más prendida, cada vez se ponía más linda, se empoderaba poco a poco, me buscaba y explotábamos. Pero por cuestiones de la vida un día nos alejamos, ella quiso volver con su matrimonio y no funcionó, nunca iba a funcionar... Tiempo después me escribió y me mandó una foto con una llama tatuada en ese lugar que había sido su debilidad. BESOS DE FUEGO —le dije— te merecés todos los besos del mundo ahí, bonita. Voz: Vero Texto: @ericmartínez.96…
Lo suyo es vivir y sobrevivir, es volar alto para que no puedan alcanzarla, es sentirse libre a todo terreno para no caer en picada ni estar atada a nadie. Lo suyo es entregar el alma y el corazón, es amar con todas sus fuerzas o no joderle ni joderse la vida con nadie. Lo suyo es reírse a todo pulmón, es decir las cosas de frente, es callarse para ver si alguien la entiende o simplemente reventar como una bomba atómica cuando el tiempo se agota y no puede remarla más. Lo suyo es un café en la mañana, un mate y un mensaje a media tarde, un abrazo y una caricia a media noche. Lo suyo es el vicio refinado de un beso, es la seducción de una mirada coqueta, y la distinguida desnudez de lo real. Lo suyo es elevarse a la cúspide de sus deseos, es sacar a relucir lo que oculta su infierno, es tocar y sentir el cielo con las manos. Lo suyo es desatar sus pecados, es dejarse volar la imaginación, es jugar con fuego, es alborotar a sus demonios, es lograr el éxtasis propio. Quizás parafraseando esa famosa canción de Las pastillas del abuelo se podría decir que ella “Es un rompecabezas disfrazado de princesa” Es el rocanrol, la luz, el calor, el amor, el dolor, el vivir y el morir. Ella es el tipo de piba de la que te vas a enamorar mil veces y sin embargo nunca vas a entender el porqué. Texto: @ericmartimez.96…
Y la verdad, que lindo fue coincidir con vos en este corto periodo de tiempo. Nos cruzamos, nos miramos a los ojos, nos gustamos demasiado, nos enganchamos un montón. Nos asustamos y nos terminamos alejando. Pero volvimos porque nos extrañábamos, lo intentamos de nuevo y esta vez nos entendimos mejor. Hubo muy buena conexión, amor, sexo, locura y más de lo que sinceramente esperaba de cualquier persona; pero como en toda buena relación, un día nos ganaron los celos, la desconfianza, el desinterés y el miedo. Hicimos de todo para recuperarnos, para acercarnos y elegirnos de nuevo pero ya era demasiado tarde. Vos te quedaste con tu orgullo y yo me terminé refugiando en el mío. Nos volvimos ajenos a la distancia, y después pasó lo que no quería. Pero en en fin, lo que tenía que pasar, nos terminamos convirtiendo en dos completos desconocidos con recuerdos en común. Texto: @ericmartinez.96…
¿Arrepentirme de vos? Jamás... ¿Cómo me voy a arrepentir de vos? ¿Cómo le voy a mentir así al corazón? Con la cabeza puedo negociar un poco, pero con el alma no se juega, mi amor. Podés pensar lo que vos quieras de mí, podés verme tranquilo en cualquier lugar, podés escuchar a cualquier ridículo hablándote mierda de mi persona con tal de querer desviarte el pensamiento. Podés sacar tus propias conclusiones, pero al final del día siempre te va a faltar mi propia versión, esa única versión de lo que yo siento y pienso de nosotros. Yo no me arrepiento de vos ni de la aventura épica que vivimos; de esos días en que pasaba a buscarte al trabajo para llevarte a pasear a la peatonal. De las películas que íbamos a ver al cine, de las guarradas que hacíamos estando allí, arriba en la última fila, en un pequeño rincón. ¿Te acordás? 50 sombras liberadas, ese día la terminamos de culminar en cama. Y es que yo no me arrepiento de absolutamente nada, yo no me arrepiento de esos días en los que salíamos a buscar cena en plena madrugada. A veces me acompañabas y a veces simplemente me esperabas acostada en casa. Estás loco —me decías y yo me reía, y vos también. Yo no me arrepiento de esos celos tuyos en un boliche a las 4 de la mañana, tus caprichos impulsivos eran como una bomba Molotov, siempre querías volver a casa. Pero si yo no hice nada —te decía—. Y vos te reías, me mirabas, me blanqueabas los ojos y después te sentabas en un puff a tomar Fernet conmigo. Ah! Pero volviendo a casa, me pedías disculpas, te acercabas, me meneabas el traste, te desnudabas delante mío y yo te hacía mía, no sé si por amor o brinca. Pero eso sí, al final de la noche, siempre te acostabas a dormir sobre mi pecho; del lado izquierdo o del lado derecho, donde más cómoda te sentías. Yo no me arrepiento de esos días en los que salía corriendo a la farmacia a comprarte tus pastillas, cuando te sobaba o te ponía algo calentito sobre el abdomen porque realmente sabía que ya no aguantabas estar tantos días indispuesta. En serio yo no me arrepiento, no me arrepiento de nada. No me arrepiento de las veces que trataba de arreglar los problemas de pareja que solíamos tener por tontos, vos me mandabas al carajo, al rato me llamabas y entonces yo iba a buscarte. Te ponías a llorar sobre mis hombros y después, no por qué pero siempre terminábamos haciendo las pases debajo de las sábanas, como si allí fuera el único lugar en donde poder encontrar la paz después de tantas guerras. No, yo no me arrepiento de vos, jamás lo hice. Texto: @ericmartinez.96…
Es muy cierto cuando te dicen que, hay personas que dejan huellas y marcas en el cuerpo; en los labios, en una cama, en un baño y en algún otro rincón de la casa. Momentos inolvidables en una esquina, en una plaza y en un parque. Es muy cierto que una canción te puede hacer reír y llorar al mismo tiempo. Que se extraña más en el día que en la noche, cuando el insomnio solo aparece para recordarte las locuras que hiciste por amor o las veces que no quisiste irte de ahí. Sí, es muy cierto cuando te dicen que, ni en mil amores más vas a encontrar o remplazar a quien te desnudó el alma. Hay personas inolvidables y para eso no hay cura —diría un famoso escritor como Bukoski... Texto: @ericmartinez.96…
Yo creo que era demasiado temprano para que llegarás a mi vida, no te estaba esperando, pero tampoco me negué a dejarte entrar. Es verdad, la pasamos muy bien, me encariñé demasiado con vos y empecé a quererte casi sin querer. Eras muy bueno, muy detallista, muy compañero, muy todo, pero yo no podía. Todavía seguía tratando de quererme y sentirme bien conmigo misma, vos me dabas una mano y por más que yo me sintiera como en casa, había algo en mí que no terminaba de acoplar y encajar con vos, me costaba bastante. Vos me confiabas tu vida y yo a tus espaldas volvía al pasado, me escribía y frecuentaba con algunos ex's amores. Sí, tal vez fue mi error ni valorarte un poco más cuando estabas acá. Tal vez fui yo quien te empujó de mi lado, quien te hizo sentir insuficiente. Fui yo quien entre tantas idas y vueltas, te hizo correr de mis brazos. Sé que me quisiste y me amaste con locura, porque me lo demostraste siempre. Pero estaba tan distraída que tomé dimensión del asunto demasiado tarde, cuando ya no escribías para mí porque te habías ido. Cuando mi cama se sentía vacía sin vos, cuando mi cuerpo empezó a extrañar tus besos. Me di cuenta que fue mi culpa cuando ya no me hablabas ni me mirabas como antes, cuando ya no eras un simple pibe enamorado de esta chica. Ahora eras un señor amante de la vida, habías cambiado bastante. Me di cuenta que ya era muy tarde cuando en tus ojos me había convertido en una más entre tantas otras mujeres que te escribían y te buscaban. Aceptamos el amor que creemos merecer —dicen por ahí—. Y quizá yo acepté nada de tanta gente efímera y perdí mucho de personas como vos porque me lo merecía. Sí, quizá fue mi culpa... Texto: @ericmartinez.96…
LA MUJER DE TU VIDA SOS VOS. Mirá, yo te voy a decir una cosa, el hecho de que un hombre quiera escribir estas humildes líneas no lo hace mejor ni peor. Espero que se entienda, y si no se entiende seguí leyendo porque te voy a decir todo lo que nadie sabe cómo decírtelo. En primer lugar quiero que entiendas que nadie en esta vida tiene el boleto de oro en sus manos, y el que dice tenerlo, de alguna manera también se termina haciendo mierda por algo o alguien. Quizás ahora te duele un poco el pasado, quizás ya estás saliendo de esa gran tormenta, quizás ya saliste de ahí y te encontraste de nuevo. Quizás mientras estás leyendo se te vino a la cabeza alguien especial quizás lo estás extrañando con todas tus fuerzas, quizás estás riéndote porque ya no te mueve nada, quizás recordarlo ahora te hace re mal. No sé, quiero entrar en tus pensamientos y entenderte, pero también pienso digo: "Cuántos se olvidaron de hacerlo cuando alguna vez el rostro se te llenó de lágrimas" Y eso jode porque llega un punto en el que ya no creés en nada ni en nadie; tampoco tenés que creer en mí. Pero dale, no te olvidés que el amor y la mujer de tu vida siempre vas a ser vos por encima de todos aquellos que ya te conocieron y te van a conocer. No te olvidés que así de rota, insegura o empoderada, nadie va a quererte más que vos un lunes por la mañana, un sábado en plena madrugada o un domingo por la noche. No te olvidés que noquearte la vida un rato no te define como una gran perdedora, que portarte bien o mal no te hace más o menos santa y diabla, que sacar de tu vida a quienes te apagan también es un acto de valentía y amor propio hacia vos. No te olvidés que podés ser la gran mujer de tus sueños cuando se te dé la regalada gana, y que por esa misma razón algunos te van a querer, otros te van a odiar, te van a envidiar, te van a tildar de engreída, de soberbia, de orgullosa, de presumida, de loca, de puta y mil cosas más. Y está bien, pero acordate que al final del día sos vos y únicamente vos la que vas a manejar el rompecabezas de tu vida. Texto: @ericmartinez.96…
Bem vindo ao Player FM!
O Player FM procura na web por podcasts de alta qualidade para você curtir agora mesmo. É o melhor app de podcast e funciona no Android, iPhone e web. Inscreva-se para sincronizar as assinaturas entre os dispositivos.